domingo, 25 de marzo de 2007

pinzas para depilar

Algún día hablaré con más calma del personaje que es una de las mejores amigas que se pueden llegar a tener y esa es mi Champ (y también después hablaré del personaje que soy yo cuando estoy con ella) Sólo diré que estando juntas, una simple salida a cenar se convierte en TODO menos eso: en simple, y va desde seguir a un motociclista de Sushi Itto (para saber dónde queda el lugar en cuestión) e ir a realizar las entregas correspondientes, hasta invocar al amor platónico de la adolescencia de alguna y EFECTIVAMENTE encontrarlo por casualidad y de manera totalmente inesperada (y así fue, lo juro)

No sé en qué momento empezamos a desviar la conversación (hecho recurrente en casi TODAS las conversaciones que llegamos a tener Champ y yo) el caso es que ella tenía en mente comprar unas pinzas para depilar... solo que olvidó decírmelo y, al omitirlo, nuestra plática fue algo más o menos así:


Champ: Güey, necesito que me acompañes a Wall Mart porfa.


Yo: Claro Champo, y a qué vamos?


Champ: Es que no sabes, mañana tengo una fiesta súper importante, algo del trabajo y quiero llevar un vestido pero súper pirujo...


Yo: No pues, si vamos a Wall Mart SEGURO que sí vamos a encontrar el vestido súper pirujo... por donde la veas!!




Ay Champo querido, qué voy a hacer cuando te vayas? Las salidas a cenar, serán SÓLO salidas a cenar.


1 comentario:

María Giuseppina dijo...

Mi queridísimo Champiñón, además de que me harás quedar con esta entrada como una depravada autista tengo que decirte ue hoy me reí como hace mucho no lo hacía.
Te voy a extrañar demasiado... con todo y tus huesos de aguacate.