miércoles, 17 de octubre de 2012

El Plan B...


...todos tenemos uno: el plan B de lo que me voy a poner hoy, de lo que voy a comer, de la ruta que voy a tomar al trabajo, lo que voy a hacer el fin de semana, etc. Lo importante siempre es tener una opción...

Pero, ¿qué pasa cuando aplicamos el plan B y ahí nos quedamos?, ¿...en qué podría terminar el asunto?
Resulta que hace unos días, en una plática salió este tema a colación por un segundo y me dejó pensando:

Fulanita de tal (hablando de su novio) -"O sea, sí lo quiero... pero no me iría a vivir con él. Bueno, no por el momento. Voy a seguir un rato con él y a ver qué pasa..."

No sé para los demás, pero para mí el plan B es la opción al plan A... y lo tomo mientras formulo un nuevo "plan A" pero no me conformo. ¿Qué pasa con la gente que sale, se enamora (o no) y termina viviendo/ casada con su plan B?, ¿...se puede ser feliz viviendo una vida plan B?

jueves, 13 de septiembre de 2012

All the things she said...

Esta es la historia de una amiga a la que quiero mucho, una amiga valiente que tomó una decisión y (hasta el momento) no ha sido fácil.

La cosa es así: yo, como ya lo había dicho en alguna entrada anterior, tengo todo tipo de amigas. Están las flacas, las no tan flacas, las rubias, las morenas, las budistas, las mamás, las abogadas, las vegetarianas, las metaleras, las embarazadas, las ñoñas y las que nunca, ni por equivocación, se peinan (jejeje). Pero todas siempre han tenido en común dos cosas: que son mis amigas y que yo las quiero así, tal como son.

Esta amiga mía era así, muy "como era"... y era muy feliz (o eso parecía) tenía la casa perfecta, el marido perfecto, la familia perfecta y todo marchaba bien en esa vida perfecta y feliz. Hace un tiempo me empezó a contar que las cosas ya no íban tan bien, que había un distanciamiento y ella estaba triste porque sentía que algo estaba cambiando pero no sabía qué. Yo le brindé mi apoyo, rezando para que las cosas se arreglaran de la mejor manera posible pero al final no, las cosas no se arreglaron así que el matrimonio (y la vida como ella la conocían) se terminó.

Un día me llamó por teléfono para decirme que alguien nuevo había entrado en su vida, que ella estaba muy ilusionada, ya no estaba triste y que me quería contar por qué. Nos vimos nos abrazamos y después de ponernos al día entre risas y bromas se puso seria y me dijo: "Soy feliz, como hace mucho no lo era... como nunca pensé que pudiera serlo. Hay una persona increible a mi lado... es maravillosa y es una mujer"

Lo último que quiero dar en este momento es un discurso del amor entre iguales, los derechos del  círculo lésbico-gay, etc. Sólo quiero decir que, aunque es una noticia difícil de digerir y que me está costando mucho (pero mucho) trabajo entender, nada de lo que siento por mi amiga a cambiado. Ella sigue siendo la misma conmigo, se sigue riendo de las mismas tarugadas que le cuento, sigue siendo una tragona de primera que nunca engordará y sigue prestándome los discos y libros que le gustan tanto a ella como a mi. También sigue diciéndome frases llenas de sentido en medio del caos que siempre son nuestras pláticas: "La vida es tomar decisiones... hay que ser valiente y tomarlas o dejarlas ir para siempre"

La situación por la que ella está pasando la entiendo así: lo único que cambió es su media naranja, nada más. Yo creo que si ella es feliz, todo va a estar bien (pero feliz en serio, sólo quien ha sentido la felicidad auténtica cómo se siente. No la felicidad que se aparenta, ni la que se presume, ni la que se grita... la felicidad a pesar de todo. Esa, que es tan grande, que nunca quisieras contar, para que fuera un secreto que nadie más conoce y siga siendo siempre tuya y de nadie más) Así que si ella siente felicidad auténtica, yo me siento feliz... y nada podría ser mejor.

domingo, 26 de agosto de 2012

We can do it!

Algo muy gracioso y fuera de lo común me pasó hace algunos días. Les cuento...
Resulta que mi súper guapo fue a visitar a su primo hace unas semanas para platicar y ponerse al día. Voy a hacer un paréntesis para contar a grandes rasgos la historia del primo al que llamaremos "Felipín".
Hace algunos meses Felipín conoció a una mazatleca por internet. Platicaron un poco, coquetearon otro poco, una cosa llevó a la otra y así se dieron cuenta de las ganas locas que ambos tenían de conocerse, de enamorarse y de casarse. Así fue como tres meses después Felipín y la mazatleca ya estaban feliz y sólidamente casados (sí, así como lo leen... no nada más el arroz es al vapor)
Obviamente la mazatleca dejó casa, familia y amigos para seguir a su amor y vivir en el DF y empezar a vivir una nueva vida.
Pues (fin del paréntesis) retomando la visita de mi súper guapo a Felipín y su flamante y nueva esposa, la mujercita mazatleca quiso adentrarse en la familia y amigos de su reciente cónyuge... y así empezó a interrogar al "nuevo primo":

Mazatleca:  Oye y... ¿¿tu novia trabaja??

Súper guapo: Sí...


M: ...y, ¿por qué, eh?

SG: Pues, porque le gusta...


M: Ah... pero, si un día se casan o se van a vivir juntos, ¿vas a querer que siga trabajando?

SG: Pues sí, ella es buena en su carrera...


M: ¿...?

SG: ...es buena en lo que hace.

M: Ay, ¡qué chistoso!

SG: ¿Qué?

M: Sí, qué chistoso que quiera trabajar, ¿no...?

SG: O sea que tú... a ver, tú ¿cuáles son tus planes?


M: ¿¿Planes??

SG: Sí, cuáles son tus planes a futuro

M: Pues yo... no sé... un niño... a lo mejor... el año que viene.

SG: Y... ¿trabajar?

M: Pues no, a lo mejor algún día... en el futuro...

(fin de la conversación)
Bueno, como podemos ver hay que gente a la que por su linda cara la pueden, o quieren, mantener (cada quien...) pero creo que la cuestión de trabajar va más allá de todo eso.

La realidad es que yo no soy o seré parte de alguna herencia millonaria a menos que descubran que Slim y yo somos primos en algún grado, no tengo patrocinadores y la verdad veo muy difícil ganarme la loteria... por lo que tendré que trabajar toda mi vida. Sin embargo veo el trabajar (y no hablo como mujer, sino como persona) como una maravillosa responsabilidad, en verdad es algo que me gusta hacer, que disfruto enormemente, algo de lo que me siento muy orgullosa y que en verdad sé que no lo podría dejar de hacer.

Ahora sí, hablando como mujer, diré algo que nunca había notado pero es mi realidad. Tengo amigas de todos los estilos: las valientes, las sumisas, las locas, las centradas, las aburridas, las parlanchinas, las presumidas, las solteras, las casadas, las divorciadas, las juntadas, las mamás (que ¡vaya que ese es un trabajo!), las artistas, las científicas, las ordenadas, las desparpajadas, las brutas, las bitches, las monjas, las gordas y las flacas... y no puedo pensar en alguna que no trabaje. Es más, si pudiera pensar en algo que mi "círculo de mujeres" tiene en común es eso: todas trabajan.

No sé cuál es la realidad de mi "comadre" mazatleca (sus anhelos, sueños, costumbres, lo que vio en su casa, lo que soñaba ser de adulto, etc.) Pero la verdad, que el anhelo de tu vida sea casarte y ser ama de casa... ¿pensar en no trabajar? ahí sí que... qué chistoso, no?



miércoles, 2 de mayo de 2012

To be or not to be...

To be or not to be.
--Shakespeare--
 
To do is to be.
--Nietzsche--
 
To be is to do.
--Sartre--
 
Do be do be do.
--Sinatra--

miércoles, 28 de marzo de 2012

Tristicity...

Yo tenía una amiga... una amiga a la que me referiré como "Tristicity".

Resulta que "Tristicity" y yo eramos compañeras de colegio, amigas y cómplices. Nos reíamos, cantábamos y soñábamos y, aunque no pasábamos tanto tiempo juntas, lo que vivíamos era único (como casi todas las experiencias felices que se viven en la adolescencia)

Pasó el tiempo, salimos del colegio y cada una tomó su camino pero siempre sabía una de la otra... o de la otra (porque éramos tres amigas "con cachuchas") y aunque los caminos nos llevaban por rumbos muy distintos y parecía que las vivencias nos separaban, el cariño permanecía y eso nos unía.

Cuando yo sabía de la felicidad de mis amigas, me alegraba por ellas... cuando estaban tristes y yo lo sabía, pensaba más en ellas y deseaba que esos momentos pasaran rápido y todo volviera a la normalidad.

Claro que hubo muchas épocas de distanciamiento, como pasa siempre... la vida es así, a veces no basta con querer estar cerca. Eso sí, ellas siempre estaban presente en los momentos que para mi eran importantes... si no era físicamente, siempre estaban en mi pensamiento.

Pasó que "Tristicity" se confundió, se alejó y desapareció (al menos de mi vida). Ahora está tan ocupada (tan casada y TAN embarazada) que no tiene tiempo para mucho, ni para muchos. Su vida ahora es distinta y algunos pedazos del pasado ya no caben en ella.

Ahora sólo pasa que la extraño...

jueves, 8 de marzo de 2012

¡Que vivan las mujeres!

Que vivan las mujeres que no escuchan canciones románticas...
y las que lloran con ellas también.

Que vivan las mujeres que sueñan con dormir...
y duermen.

Que vivan las mujeres que apagan sesenta velas
porque cumplieron sesenta años.

Que vivan las mujeres que dejaron de ordenar las cosas
que los demás desordenaron.

Que vivan las mujeres que tienen hijos...
y las que los perdieron también.
¡Que vivan!

Que vivan las mujeres que saben que un palmito
jamás superará un pedazo de chocolate.

Que vivan las mujeres que se atreven a vivir...
las que se atreven a vivir...
¡A VIVIR!

Que vivan las mujeres que dejaron de preocuparse por lo que piensa el resto,
y que sin embargo siguen preocupándose de los demás.

Que vivan las mujeres...

¡QUE VIVAN LAS MUJERES!




lunes, 16 de enero de 2012