"Pues así, iba volando, atravesando el aire y surcando el azul del cielo... pensemos tal vez que nuestra protagonista es una mariposa, una libélula o el insecto alado de nuestra preferencia.
Así iba, feliz y distraida cuando de pronto vio a lo lejos un ser azul y hermoso, un ser que brillaba entre el verde del paisaje. Era algo que nunca antes habían visto sus ojos... y fue así que este bichito abandonó lo que hacía y se dejó seducir por tan maravilloso ser.
Aterrizó junto a éste y lo veía encantada y lo cegaba su belleza. Por un momento bajó la guardia... y fue terrible, porque entonces se enamoró de él. Cuando este animalillo estaba listo para declarar todo su amor, entregar su corazón y todo eso que pasa en las novelas de amor con final feliz, se dio cuenta de algo terrible: aquel ser que permanecía inmóvil frente a su ojos, no era una mariposa, no era una libélula, no era otro bichito feliz y despistado como ella. Este ser era una orquídea... hermosa sin duda, pero era sólo una ilusión que a primera vista, había confundido con el amor.
Hacía apenas unos momentos le había parecido un insecto... tan real y verdadero como lo eran sus sentimientos pero no era más que una confusión. Este ser maravilloso y azul no volaba y ahora el bichito lo entendía.
Triste, con nada más que polen en sus patitas, el animalillo se fue volando... dejando una estela que se desvanecía mientras se alejaba de este espejismo.
¿Sería posible que, algún tiempo después, nacieran pequeñas orquídeas (que parecerían mariposas y libéulas) por el mismo camino por el cual aquél bicho voló cuando se le rompía el corazón?
Probablemente sí...
Es verdad que la naturaleza crea estas pantomimas, estas bromas crueles que conducen a que, cada día, a muchos insectos alados se les rompa el corazón... pero también es verdad que todos los días crecen muchas orquídeas hermosas que siguen enamorando a seres soñadores, a esos que vuelan despistados por el mundo y es así que se abre paso la vida.
El final de esta historia por supuesto que es feliz... ¡muy feliz! Nuestra protagonista sigue volando y es así que un día (cuando menos se lo espera) encuentra a otro bicho despistado que la verá de verdad y la amará total y profundamente por ser quien es. Y será otro bicho que, posiblemente, también un día lloró por una orquídea..."
Historia basada en un hecho real... tan real como el ciclo reproductivo de la Ophrys de Gran Bretanna.
10 comentarios:
Es la historia del cara de niño que mataste mientras hablabas por teléfono conmigo???
pese a todo, me gustó. me gustó demasiado. muchisimo. beso.
Ay Marijose, tenías que salir con tus indiscreciones nocturnas!!!
El que maté era un bicharajo del demonio... que, por cierto, hizo bizco con todos sus ojitos cuando me le fuí encima con todo el poder del Raid "casa y jardín"
McCoy, este tipo de comentarios son los que me dan cuerda... y, el hecho de que lo que escribo guste, me hace muy feliz. Por eso y por muchas otras cosas, yo sigo plasmando aquí mis babosadas, en este su humilde blog ;)
Y ahora, tomando la fórmula prestada:
Renée, quien confunde orquídeas con pájaros y con abejas...
que dulce post
debes de leer El Ladrón de Orquídeas, o en su defecto, ver la genial película del mismo nombre (que tiene relación con el libro, mas no es una adaptación... tienes que vivirlo! jeje)
nooooooooooooooooooo, neta lo que acabas de hacer me ha inflado el corazón. no sabes el monstruo que estas creando, jajajaja. Ya en serio... que honor...
y nada de prestada... es suya, se le regala.
Oh, está muy bonito. Así me he enamorado también.
Que bonito... muy inspirador... me encanta!!!!! me hizo sentir muy bonito... Gracias por esas palabras... me encanto... :)
Gracias chicos, por los comments... "os quiero"
Thenx McCoy por regalarme la fórmula, prometo cuidarla ...y respetarla, todos los días de mi vida ;)
esta bien hermosa
no os apureis
la quiero muchoooooo
besossssss
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