I've got sunshine (on a cloudy day)

El que acaba de pasar fue, un poco un fin de semana largo, otro poco un puente y un mucho una cadena de sorpresas... pero TODAS agradables.

En cuernavaca, visité a Eri, mi prima. Hablamos muy agusto y bromeamos pero también hablamos en serio, por primera vez en la vida. Eri, además de ser una mujer extremadamente guapa es muy inteligente (¿qué quieren?,es de familia) y la vi muy cambiada en muchos aspectos (el cambio más grande es que ahora es una reina) y es súper feliz.

A mi regreso, dejé las maletas y corrí a ver a "la Nana", teníamos casi un año de no vernos y, nada más empezar a platicar y ponernos al día, parecía que no había pasado el tiempo. La vi muy segura de lo que es, de lo que quiere, muy guapetona y risueña. Mi Nana es de oro, la diferencia es que ahora ella lo sabe y se notaba aún con los ojos cerrados.

Pasaron los días y las cosas se pusieron mejor porque llegó una visita MUY esperada de Monterrey: mi querida queridísima bailarina... de quien parece que el tiempo, también se ha enamorado porque está idéntica (bueno, se mira igual de joven pero con el plus de la experiencia y eso es mucho) se quedó en mi casa y entonces sí que compartimos miles de anécdotas, historias, sueños, deseos, planes y un larguísimo etcétera. Fuimos a una fiesta GENIAL con más amigas, en dicha fiesta, en algún momento de la noche alguien organizó un juego en la que había que inventar una historia. Si la parte de la historia que cada invitado contaba no satisfacía las expectativas del resto de los invitados, la "víctima" se tomaba como castigo un caballito de tequila. Bueno, nuestras historias eran TAN buenas que el resto de los invitados nos aplaudía cada tarugada que decíamos y eran ELLOS quienes se tomaban los respectivos caballitos... de ahí salimos dando botes y con alguno que otro ataque de risa sin control (ataques NADA frecuentes, por cierto)

Finalmente (y gracias a la bailarina) tuvimos una última reunión más tranquila y, aunque improvisada, maravillosa porque por fin conocí a una "colega" que me tenían MUY prometida pero ella y yo no'más no coincidíamos.
El final del puente lo terminamos bailando: la bailarina (claro está), mi colega, Medea y yo, tocamos un poco los tambores y hablamos, hablamos y hablamos. La verdad es que yo sentía el corazón gordo de tanta risa, de tanta complicidad y de tanta felicidad.

Así que esta entrada, lejos de ser un rincón tipo chick flick, es una reflexión (sí, muy rosa pero una reflexión) porque yo me sentí muy feliz y cobijada por mis amigas, muy identificada y muy YO. Al hablar con ellas, empecé a recordar muchas cosas. Por un lado, eran cosas muy sencillas pero también eran cosas que tenía algo olvidadas, en estos días recordé a esa, la que de verdad soy, desenterré los recuerdos de las cosas que quiero, todo aquello que sueño... Hubo un hecho muy particular: recordé la magia que existe cuando estoy con mis amigas, esa complicidad que muchas veces la gente no logra entender... y a veces, sólo se puede sentir.

Gracias mis niñas

P.S. ...la manzana con caramelo la agrego porque sirve como una metáfora de lo femenino, dulce y jugoso que fue este "fin de semana"... en el que TAN en contacto estuve con mi, a veces olvidado, lado femenino (y, como se puede apreciar en las imágenes, yo le inqué el diente... esta vez, de manera literal)

Ya dije...