En los conciertos del 2007 mi historia era otra (como siempre lo es, todos cambiamos) yo recuerdo aquellos conciertos como algo maravilloso porque en todos (a los que fui) canté, bailé y me emocioné mucho.
Esta vez las cosas eran un poco distintas. En unas semanas me voy a titular y obvio el examen cuesta (también las lecturas por parte de los sinodales y demás trámites) además de que tengo que cubrir otros gastos. Por lo anterior, asistir a uno de los conciertos de Sanz (al menos este año) no era una posibilidad.
Mi súper cómplice Champiñón me invitó a la rueda de prensa y vi a quien solía ser mi obsesión a unos 3 ó 4 metros de distancia. Se veía bien, delgado y sonriente... nada más.
Después vino la pregunta de mi Champito: "¿Y... para cuándo compro los boletos?" mi respuesta fue: "no en esta gira Champ, tengo muchos gastos", fin del tema.
Pasaron los días y la verdad (la mera y puritita verdad) yo no me sentía afligida por no asistir al concierto. Había días en los que veía la publicidad en la calle o en la tele y pensaba: "ah claro, Sanz está dando conciertos... ¿¿ya los habrá dado todos??", luego hacía cuentas, lo volvía a descartar y seguía como si nada.
Pero un día (el día del penúltimo concierto) J.J. llegó con una sorpresa: "Tengo 2 boletos para tí, para que vayas a ver a Sanz", me dijo. En un principio eran para mí y para mi Champo... pero ella OBVIO ya tenía boletos para ese día, así fue a J.J. a quien le tocó utilizar ese otro boleto. En ese momento a mí me dio mucha emoción... a él, no tanto.
El concierto estuvo bien: yo canté algunas canciones pero ya no me las sé todas, no estuve de pie todo el concierto, ya no me emocioné cuando cantó "aquello que me diste" y no me importó estar el la fila "S" (está por demás decir que tengo la absoluta certeza de que no me vio)
Sí me gustó... porque es Sanz, por sus canciones, porque estar ahí me trajo un millón de recuerdos, porque antes de él (qué ñoña me voy a escuchar) pero nunca NI PLATÓNICAMENTE me había enamorado, nunca había vivido tantas cosas, tantas risas, anécdotas, corretizas, llantos, "idas de pinta", confusiones, metidas de pata, tonterías... nunca le había dedicado tanto tiempo a algo que me gustara, nunca tanto de tantas cosas.
Hubo momentos en los que me quedé en la butaca, sentada... nada más viendo el concierto. A veces platicaba con J.J., le contaba de qué se trataban las canciones (porque él me lo dijo, y ahora lo entiendo, "no se entiende lo que canta") otras veces nos reíamos de los gritos (o las lágrimas) de otras fans... hasta tiempo hubo de jugar con el celular y tomar fotos del concierto, de mí en un intento de ser una fan decente y cantar de pie o de la barriga que se le desbordaba a una fan enloquecida, que berreó cada canción y tuvo la desgracia de sentarse atrás de nosotros (esto luego se me hizo un poco cruel, ahí me dio mucha risa... Papá Dios me castigará con una hija barrigona, lo sé)
Esta vez fue algo muy distinto tener un acompañante masculino sentado a mi lado... que no entendía por qué tantos gritos, que se tallaba los ojos cuando las luces le daban de frente, que bostezaba entre canción y canción, que no reconocía ni corazón partí'o... pero que cuando me veía feliz, sonreía.
Al final el concierto cumplió su cometido y sí fue una sorpresa, algo así como ver a un "amigo" al que no se veía desde hace mucho tiempo (un "amigo" con muchas "amigas" que pagan por ir a verlo y le gritan cuando canta, cuando baila y cuando toca la guitarra... pero amigo al fin y al cabo) y así como pasa con alguien a quien no hemos visto en mucho tiempo, sientes emoción, da gusto verlo, ver que él está bien y que tú también estás bien. Lo raro es darse cuenta de que (y no sé como "interpretarlo") pero después de ese tiempo de no verse, los dos han cambiado... ya no es lo mismo que antes y ya no hay tantas cosas en común.
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