Para mí es aún impresionante cómo a veces llegan cosas a nuestras manos en "el momento exacto, en el punto donde convergen los sueños" ...por así decirlo. Pero es más especial de quien vienen esas cosas, porque si es alguien querido, escuchamos con más atención.
Esta vez, fue mi tío (Captain Pipe) quien me dijo: "tienes que leer A orillas del río piedra me senté y llore, y me dices qué opinas..." y bueno, gracias a él, ahora tengo un amor nuevo en mi lista de libros favoritos, sobre todo porque me quedó como anillo al dedo y pongo a continuación las palabras de Paulo Coelho... que él sabe de estas cosas.
Es necesario correr riesgos. Sólo entendemos del todo el milagro de la vida cuando dejamos que suceda lo inesperado.
Todos los días Dios nos da, junto con el sol, un momento en el que es posible cambiar todo lo que nos hace infelices. Todos los días tratamos de fingir que no percibimos ese momento, que ese momento no existe, que hoy es igual que ayer y será igual que mañana. Pero quien presta atención a su día, descubre el instante mágico. Puede estar escondido en la hora en que metemos la llave en la puerta por la mañana, en el instante de silencio después del almuerzo, en las mil y una cosas que nos parecen iguales. Ese momento existe: un momento en el que toda la fuerza de las estrellas pasa a través de nosotros y nos permite hacer milagros.
La felicidad es a veces una bendición, pero por lo general es una conquista. El instante mágico del día nos ayuda a cambiar, nos hace ir en busca de nuestros sueños. Vamos a sufrir, vamos a tener momentos difíciles, vamos a afrontar muchas desilusiones..., pero todo es pasajero, y no deja marcas. Y en el futuro podemos mirar hacía atrás con orgullo y fe.
¡Pobre del que tiene miedo de correr riesgos! Porque ése quizá no se decepcione nunca, ni tenga desilusiones, ni sufra como los que perseguimos sueños. Pero al mirar hacía atrás -porque siempre miramos hacia atrás- oirá que el corazón le dice: <<¿Qué hiciste con los milagros que Dios sembró en tus días? ¿Qué hiciste con los talentos que tu maestro te confió? Los enterraste en el fondo de una cueva, porque tenías miedo de perderlos. Entonces, ésta es tu herencia: La certeza de que has desperdiciado tu vida>>.
Pobre de quien escucha estas palabras. Porque entonces creerá en milagros , pero los instantes mágicos de su vida ya habrán pasado.
Creo que el sentimiento de tristeza y decepción que queda cuando apostamos todas nuestras canicas y las perdemos es muy fuerte pero no se compara con la felicidad que inunda al corazón sí al final del día podemos decir: "no importa, tomé el riesgo y no tuve miedo"
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