domingo, 19 de agosto de 2007

"...tu prends un café avec moi?"

Yo siento que las películas me hablan... y pocas lo han hecho tan fuerte y tan claro como: PARIS, JE T'AIME! (es la segunda vez que escribo sobre esta película, eso ya es mucho)
En particular la historia de "Place des Fêtes" me llamó mucho la atención y la frase que me decía que ESTE era MI corto fue la siguiente (aunque que no la cito de manera literal): "Your feet hurt since you ran all night in my dreams"
Yo siento que a veces es una ilusión, una motivación, ALGO QUE SE PASEA POR NUESTROS SUEÑOS lo que nos ayuda a ir por la vida y nos hace estar mejor, vivir mejor y ser un poco más felices.
En ciertos momentos yo he llegado a sentir que todas las cosas que había hecho a lo largo de la vida me llevaban hasta aquél punto (cualquiera que fuera en su momento) y que la meta justificaba TODO AQUELLO que había ocurrido en el camino.
En otras ocasiones era distinto y pensaba que ya no importaba tanto el cumplir ese deseo (no pesaba TANTO llegar a la meta), a veces es más importante o vale más la pena el trayecto que el destino en sí.
Yo a veces planeo mi vida sin darme cuenta que la vida ya tiene preparado un plan para mí... lo difícil es aceptar ese destino que nos está esperando. Podemos fluir y disfrutar la sorpresa que nos espera o resistirnos y materializar nuestro sueño... pase lo que pase.
El viernes de la semana pasada alguien platicaba conmigo e inició, como parte de la conversación, la siguiente frase (aunque él no recordaba el final): "Si quieres hacer reir a Dios..."
Yo sí recordé el final: "...cuéntale tus planes" ...creo que ahora tengo la frase más presente.
En su momento, me resultó muy contradictorio el final de: Place des Fêtes. Era muy triste y muy injusto ¡yo sí quería un final feliz! pero a veces aquello que tanto anhelamos nos lleva a un desenlace inesperado. Por supuesto lloré cuando "llegaron los cafés" y aunque ahora puedo ver que el protagonista sí logra encontrar aquello que buscaba (y no siento la misma tristeza que en aquél momento) creo que en algunos casos, como en este, hay deseos que sirven para inspirarnos... pero que es mejor nunca alcanzar.
Ahora siento (de algún extraño modo) un poco de alegría por el protagonista del corto porque, aunque al final perdiera su sueño, unos momentos antes lo encontró.
¿Qué tanto vale la pena tomarse ese café?

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